Historia del colegio

La historia de nuestro Colegio comienza hacia 1950. Entonces doña Pepita Carolina Castillo, con su título de Magisterio recién obtenido, inicia la actividad docente en su propia casa, alfabetizando a las jóvenes de Móstoles. Ese sería el germen del futuro centro “Ntra. Sra. de los Santos”, posterior “Villa de Móstoles”. (Contaba la localidad entonces con unos dos mil quinientos habitantes).

Las mismas alumnas le pidieron que las preparara para examinarse de Ingreso en Bachillerato donde era posible por entonces, en Institutos de Madrid (el femenino “Lope de Vega” y los masculinos “Cardenal Cisneros”, “San Isidro”, y “Ramiro de Maeztu”). Según crecían sus alumnos los iba preparando para examinarse “libres” cada año de los sucesivos cursos de Bachillerato, desde 1.º a 4.º y Reválida. (Aclararemos para las generaciones jóvenes que “libre” quería decir hacer un solo examen por materia de todo lo estudiado durante el curso).

Así estuvo trabajando durante quince años, obteniendo buenos resultados y muy motivada por los inspectores de educación, que la animaban a seguir enseñando.

En los años sesenta el Ayuntamiento le cedió las antiguas escuelas, sitas en la calle América, donde estableció una academia con otros profesores; allí pudo atender a los numerosos adolescentes cuyos padres demandaban sus enseñanzas. Se basaba su éxito en el trabajo entusiasta y la transmisión de valores cristianos de la fundadora. Después, con la participación de dos primas suyas, profesoras titulados superiores –Emiliana e Isabel, Licenciadas en Pedagogía y Románicas, respectivamente, obtiene autorización del Ministerio para crear un centro privado de Bachillerato Elemental (1.º a 4.º -alumnos de 11 a 15 años-), y más tarde, a finales de los sesenta, para Bachillerato Superior (5.º y 6.º -estudiantes de 15 y 16 años-). Ahora ya sí podían examinar en el propio colegio. Doña Pepita Carolina obtuvo la licenciatura en Pedagogía y además de profesora era la directora.

La promulgación de una nueva ley de educación, la de 1970, vino a exigir unas instalaciones con las que no contaba el viejo edificio de las escuelas. Así que las tres profesoras, tras una entrevista con el Director General de Enseñanza, planificaron la adquisición de un solar de 18.000 m2 para edificar un colegio de nueva planta y crear una sociedad cooperativa con la treintena de profesores que ya tenía el Centro. (El solar lo facilitó don Isidoro García Rodríguez).

En 1975 se constituyó definitivamente dicha cooperativa, a la que traspasaron la titularidad del Colegio. Como cada curso se recibían más solicitudes de puestos escolares, la cooperativa construyó finalmente el edificio del Colegio en 1978 y aumentó la plantilla de profesores cooperativistas. A partir de aquí, pasados unos primeros años de dificultades, de renovación, de ajustes, se va a consolidar nuestra oferta educativa. Creemos que su atractivo se fundamentó en la preparación, el entusiasmo y la entrega de los jóvenes cooperativistas refundadores, quienes ya desde postulados humanísticos, aconfesionales aunque estimando los valores cristianos, ofrecíamos un proyecto que perseguía la mejor y más completa formación de los alumnos, con coherencia desde la infancia hasta la primera juventud. Pasamos entonces a denominar al Colegio “Villa de Móstoles”.

A la consecución de los objetivos de ese proyecto contribuyeron de manera muy activa, muy participativa, los padres de los alumnos que desde los primeros años y después, en las décadas de los años ochenta y noventa, nos eligieron para que compartiéramos con ellos la responsabilidad de educar a sus hijos. Estos llenaron de vida, de alegría, de ilusiones, de inteligencia, las aulas, los patios… todas las dependencias del edificio. El Colegio, como la solvente institución educativa que es hoy, se ha erigido sobre esos dos pilares tanto como sobre el de los profesores.

Lo fundamental de nuestro Centro, lo más estimable, es el valor inmaterial que todos hemos contribuido a crear, mantener y enriquecer permanentemente. Ese valor pertenece a todos los que vamos formando parte de la comunidad educativa y contribuimos a su progreso: alumnos, padres, profesores que trabajamos por elevar los niveles de conocimiento, de laboriosidad, de educación, de respeto, de responsabilidad, de voluntad de superación, de fortaleza anímica, de prudencia, de honestidad, de bonhomía.

En los años que van del siglo XXI sigue aumentando nuestra comunidad educativa; ahora, con las nuevas admisiones

ingresan muchos hijos de exalumnos. Consecuentemente, hemos hecho partícipes de nuestra empresa educativa a nuevos profesores (entre los que se cuentan algunos que cursaron sus estudios primarios y secundarios en el Centro; como varios de los fundadores también lo habían hecho).

A la vez las instalaciones se han ido actualizando con obras de envergadura, de cuantioso presupuesto; las últimas, en 2012, para ampliar el edificio con once aulas más dependencias complementarias. Antes, hacia finales de los noventa, se construyó un edificio exento para cocina, comedor, biblioteca y aula de Tecnología. Hacia 1996 se remodeló y se remozó gran parte de la edificación, a la vez que se aumentaban las unidades; se levantó una cubierta para campo de baloncesto y patio; se construyó una escalera de acceso a las plantas primera y segunda desde el patio para evitar peligrosas aglomeraciones en la entrada de Educación Primaria desde la calle, y se reacondicionaron las pistas polideportivas. El número de aulas de Educación Infantil se amplió, y se renovaron sus aseos, hacia 2002.


En la actualidad la sociedad titular del Centro la integran profesores y exprofesores del Colegio, un capital profesional y económico sólido que lo promovió y le ha dado constante impulso. La gestión societaria la lleva un presidente ejecutivo con un consejo de administración. La dirección del Colegio con el equipo de jefes de estudios y secretario son elegidos periódicamente por el consejo entre el profesorado y ratificados por la sociedad de profesores.


Móstoles, agosto de 2017.